EUROPA
PRESS
21 abril
2022
¿Cuánto
más mayores, más felices? Sí, y esta es la razón
Un nuevo estudio ha relacionado la
satisfacción vital con la química del cerebro. Las personas que liberan más
oxitocina son más amables con los demás y tienden a estar más satisfechas con
su vida. Como la liberación de oxitocina aumenta con la edad, por término medio
las personas son más cariñosas a medida que envejecen, según un publican los
investigadores en la revista 'Frontiers in Behavioral Neuroscience'.
Además, subrayan que estos resultados son coherentes con
muchas filosofías religiosas, en las que la satisfacción con la propia vida
aumenta si se ayuda a los demás.
"Los resultados de nuestro estudio coinciden con los de
muchas religiones y filosofías, según las cuales la satisfacción con la propia
vida aumenta si se ayuda a los demás", explica el doctor Paul J. Zak, de la Claremont Graduate University (Estados
Unidos).
"Los participantes en nuestro estudio que liberaron más
oxitocina fueron más generosos con la caridad cuando se les dio la oportunidad
y realizaron muchas otras conductas de ayuda, añade. El cambio en la oxitocina
también se relacionó positivamente con la empatía, la participación religiosa y
la gratitud de los participantes".
La oxitocina es un neuroquímico ampliamente conocido por su
papel en el apego social, la confianza interpersonal y la generosidad. Zak y sus colegas querían saber si la liberación de
oxitocina cambiaba con la edad, como ocurre con otros neuroquímicos que
influyen en los sentimientos y comportamientos.
"Ya habíamos demostrado una relación entre la
amabilidad y la generosidad de las personas, conocidas como conductas
prosociales, y la liberación de oxitocina, explica Zak.
Las personas mayores dedican más tiempo al voluntariado y donan una mayor
proporción de sus ingresos a obras benéficas que las personas más jóvenes, así
que queríamos ver si había una base neuroquímica para estos comportamientos".
Los investigadores reclutaron a más de 100 personas para el
estudio, con edades comprendidas entre los 18 y los 99 años, a las que se les
mostró un vídeo sobre un niño con cáncer, que, según trabajos anteriores,
induce la liberación de oxitocina en el cerebro. Se tomaron muestras de sangre
antes y después del vídeo para medir el cambio de oxitocina.
"Los participantes tenían la opción de donar parte de
sus ganancias del estudio a una organización benéfica contra el cáncer
infantil, y esto se utilizó para medir su comportamiento prosocial inmediato.
También recogimos datos sobre sus estados emocionales, para proporcionar
información sobre su satisfacción general con la vida", explica Zak.
"Las personas que liberaron más oxitocina en el experimento
no sólo fueron más generosas con la caridad, sino que también realizaron muchos
otros comportamientos de ayuda. Esta es la primera vez que se relaciona un
cambio distintivo en la oxitocina con comportamientos prosociales anteriores,
resalta. También descubrimos que la liberación de oxitocina aumentaba con la
edad y se asociaba positivamente con la satisfacción vital".
El hallazgo de que las conductas de ayuda mejoran la calidad
de vida es coherente con muchas tradiciones y filosofías religiosas. Servir a
los demás parece preparar al cerebro para liberar más oxitocina en un bucle de
retroalimentación positiva de mayor empatía y gratitud.
A Zak le gustaría repetir este
estudio con una muestra de personas más diversa desde el punto de vista étnico
y geográfico para ver si los resultados son válidos para diferentes culturas.
"También nos gustaría llevar a cabo una medición a más
largo plazo de la neurofisiología utilizando tecnologías portátiles no
invasivas para ver qué actividades específicas aumentan la satisfacción de las
personas con la vida", concluye.